Portada » Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis

Art. de opinión de Luis Beresaluze Galbis

TIEMPO Y PALABRAS

Es tal la entidad conceptual del tiempo y tanto su vacío de ella, que deviene una realidad irreal, de un interés intelectual múltiple y vario. Hay tantas formas de tiempo como decires y pensamientos sobre él. Yo no me canso de considerarlo, de mirarlo por dentro como se hace con el mar, con el fuego o con el juego de los niños pequeños. Es un espectáculo sin espacio dramático. Un relato que no tiene argumento y, sin embargo, engancha. Una película sin luz, que cursa y entretiene.

No es lo mismo pasado, presente y futuro que ayer, hoy y mañana. Ni, mucho menos, que antes, ahora y después. En aquellas formas hay historia. En estas, simple sucesión. Y en antes, ahora y siempre, comienza a asomar su oreja la eternidad. Harina de otro costal. De un costal indefinido.

Ahora y hoy no son sinónimos. Ahora es un momento; este, justo y preciso. Hoy es una fecha concreta con 24 horas y una constancia en el calendario. Una larga sucesión de momentos.

Tampoco un espacio de tiempo (dos conceptos en uno, rozando lo eisnteniano), es lo mismo que un rato. Ni un rato, que un momento. Ni muchísimo menos, un momento que un instante. En el rato hay mas duración que en el momento. En el instante, menos. Todas estas, unidades de tiempo irregulares, humanas, psicológicas, a estimar. Sin mas reloj que el corazón.

El instante parece la menor percepción humana del fenómeno tiempo. Lo que plasma una fotografía. Una instantánea. Y el rato, la mayor. Se habla de “un buen rato”, cuando la espera se ha hecho larga. Un buen rato puede ser un saco de momentos y un universo de instantes.

Y tampoco son lo mismo, futuro y porvenir. Se puede tener mucho futuro y poco porvenir. Lo que le pasó a Cervantes con el Quijote. El futuro es solo tiempo. En el porvenir hay connotaciones de posible realización humana. Hasta el punto de que se siembra presente para cosechar porvenires, no futuros. El porvenir es mas material que el futuro. Y el futuro, mas mental que el porvenir.

Fui, soy y seré. En el fui ya no soy. En el seré aún no he comenzado a ser. Y en el soy, estoy constantemente dejando de ser.

Uno se queda con la impresión personal de que, entre el tiempo, no es nada. Y de que el tiempo no es nada, frente a uno. Una manera de pensar. De hablar. Por eso he titulado estas reflexiones TIEMPO Y PALABRAS.

La palabra sí que es. Y muy bien sido. La Palabra era en el Principio. Y era Dios, hablando de sí mismo. En el Principio quiere decir antes del tiempo. La palabra, pues, previa al tiempo. Por eso se adueña de él y lo enfoca conceptualmente de tanta diversa forma.

No es lo mismo luego que después. Ni ahora mismo, que ahora. Ahora, solo, es mas amplio. Ahora mismo, acota una zona restringida del ahora general, como si entre lo que mas inmediatamente está pasando, hubiera extensiones, dimensión, magnitud.

Ayer casi aún no es pasado. Está muy reciente. Hoy es un presente muy largo, de 24 horas. Un presente técnico, administrativo, con fecha en el calendario. Cuando lo propio del presente es estar despresentándose, dejando de serlo, yéndosenos de las manos, de entre la vida.

Mañana es tan futuro como el siglo que viene. Pero conserva aun el perfume del hoy que entra encadenado por una sucesión temporal inmediata. El fin de hoy y el principio de mañana, se tocan. Tienen carne común. Siéndolo, no son, realmente, lo último y lo primero.

Si el tiempo es un continuum, son las palabras, el pensamiento verbal del hombre, las que lo sujetan a proporciones interruptoras de su curso y sucesión, practicando en su cuerpo fragmentaciones que su naturaleza no quiere permitir. El tiempo es una palabra que da lugar a muchas otras. Todas relativas a duraciones, que no son medida temporal. La duración es al tiempo como la vida a la existencia. La vida es muy superior, conceptualmente, a la existencia, como el tiempo a la duración. El ser, es. Lo que le ocurre, dura.

Yo quiero relacionarlo con el Amor y con Dios, Amarlo como una donación. Interpretarlo como una invitación al pensamiento. Y hacerlo norma, socializarlo, sentirlo metabolizado líricamente. Tomarlo, como hombre, no solo histórico, sino curioso y enamorado. Manejarlo entre la inteligencia y la fe.

Como siempre y nunca, temporalmente, equivaldrían a todo y nada. No hay siempre ni nunca. Son modos de hablar. Siempre, lo habrá, de haberlo, en la eternidad. Y nunca, lo hubo, si acaso, antes del Principio.
Tampoco nunca y jamás, equivalen. Jamás, niegas mas que nunca. Es como un nunca comprimido y exacerbado. Una especie de nunca con pasión…

O como pronto y tarde no equivalen a antes y después. En antes y después hay secuencialidad e historia. En pronto y tarde, oportunidad y elegancia social. Puntualidad y respeto.

Y no quiero entrar en conceptos como a tiempo y a destiempo, que connotarían precisiones y descuidos. Además de que ya no va quedando tiempo. .

Tiempo y palabras. Lo que hay y nos ocupa…

junio 2025
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30  

Entradas recientes

Últimos comentarios