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Art. de opinión de Juan G. Olivares

Indigno

Nunca debemos permitir que el árbol nos impida ver el bosque. Ya sabéis que esto no es mio, pero de eso va este artículo.

Deuda, prima de riesgo, inflación, gestión bancaria, bonos alemanes y rescates financieros.

Si, ya, pero y seres humanos, ¿para cuando?

Tenemos que darnos cuenta de que es lo que se está cociendo realmente, y para ello hay que dilucidar qué, quién y a quién, cuanto menos.

Vamos con unos ejemplos del porqué una sociedad que basa su éxito en el beneficio no está enferma, sino muerta.

Ana Botella, alcaldesa de Madrid declara que los indigentes son un problema añadido a la limpieza pública, y es verdad, lo son.

El alcalde de Girona informa de que se van a cerrar con candados los contenedores cercanos a los supermercados para que los indigentes no puedan buscar allí comida porque a veces está en mal estado, y también es verdad, a veces está en mal estado.

La verdad, si nos quedamos mirando el árbol, es que tienen razón, pero si miramos el bosque vemos que es la prueba de la indignidad de los gobernantes de este sistema financiero, sistema capitalista o sistema social, llámenlo ustedes como les venga en gana. Y lo extiendo a todo porque estos ejemplos son eso, ejemplos.
Ya, ya se que usted no busca comida en los contenedores, que no es usted indigente, que con usted no va.

Pero quizá sea usted un trabajador tipo. De esos que vive en pareja y con hijos. Quizá tenga usted la suerte de trabajar y su pareja también, con lo que tendrá usted para pagar escasamente su casa, sus gastos fijos, y poco más, que nos están dejando el mercado laboral hecho unos zorros.

Pues bien. La Generalitat ha propuesto que los niños que no pueden pagar el comedor lleven comida de casa, eso está bien ¿No? Al menos los niños, aunque ya distintos y divididos en clase social, seguirán teniendo la oportunidad de formarse. O no.

La Generalitat ha dispuesto que los niños que no puedan pagar el comedor y lleven comida de casa deberán pagar 3 €, o sea, 66 € al mes, si tiene usted dos, 132 € al mes comida aparte,(yo tengo tres), y la Comunidad Valenciana lo está estudiando.
¿Porque no estará usted parado verdad? Porque de ser así, espero que no encuentre ningún trabajo temporal de esos mínimamente pagados pero que es gloria para una economía familiar deprimida, porque sus hijos o no podrán asistir al colegio o no podrán comer o simplemente el dinero que usted gane se lo van a llevar por ahí.
Añádanle ustedes que comer en el congreso de los diputados o en el senado cuesta para ellos 3,45€.

Viendo el todo podríamos jurar que ninguna de las personas que deciden estas cosas han pasado jamás estrecheces. Que realmente les sobran los pobres por incompatibles con la imagen frívola que le dan a la vida. Quizá el problema sea simplemente el de toda la vida, de clases. No se me quita de la cabeza las risas , los desvíos de conversaciones a través de la burla y la desfachatez del verdadero mal de esta sociedad. La inquina y la soberbia de quien se siente en derecho a discriminar, humillar y hundir en la miseria a sus semejantes por una cuestión de dinero, de clase.

Quizá sea usted empresario.Conozco a empresarios dignos que dignifican el puesto de trabajo que ocupan sus empleados y también a lo contrario. A los primeros, que generalmente ven el trabajo desde cerca, les emplazo a denunciar e impedir a los segundos representarlos. Estos, además de ser competencia desleal casi siempre, manchan la categoría de humana que tiene una persona al, además de serlo, poder denominarse emprendedora. No dejen ustedes que ser emprendedor de éxito les transforme en seres sin escrúpulos sistemáticamente porque en ustedes está salvar lo que esta gente que hoy nos gobierna quiere hundir. No permitan que solo el dinero marque sus objetivos. Estamos ante gente que no produce, gana a través de lo que usted y sus trabajadores hacen. No dejo de pensar en ese señor que todas las mañanas aparca su mercedes en la puerta de su fábrica. Que paga impuestos sangrantes y que no hace reestructuraciones, sino que despide a Pedro, a Luís o a Antonio, gente a la que há visto sudar para ganarse el sueldo.

Entre especuladores, sinvergüenzas, parásitos e incompetentes, a través del miedo y la mentira, se estan llevando lo que sudamos todos. No lo permitamos, es indigno.

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