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Art. de opinión de José Fernando Martínez (Charly)

El Sueño de Jesús Navarro

“Cuando bebas agua, recuerda la fuente”. Proverbio chino

 

 

Hablaba el otro día de Macondo, de Novelda, de García Márquez, de Jesús Navarro y del personaje invisible de Sueños de Sal. Hoy no me queda otro remedio que hablar de un Goya, de la creatividad de un pueblo y de uno de sus más creativos hijos.

Siempre he tenido claro que si tuviéramos que vivir del turismo, íbamos bien… No tenemos playa, ni lagos con monstruos, ni Niágaras ( aunque en nuestro imaginario de la   infancia, el Chorro tenía su aquel). En cambio, siempre he admirado la capacidad de transformar la realidad con la imaginación de sus habitantes. Es precisamente esta cualidad, la que hace a Novelda única en su género: el pueblo de lo impensable, de lo impredecible,  y no voy a repetir lo que todos sabéis acerca de la uva, el mármol y las especias.

Y para qué hablar del talante de los que practican esta cualidad. Puedes hacer una obra de arte, sacrificando parte de tu vida personal, sin ayuda del estado, buscándote las habichuelas,  que se premie con un Goya, que genere grandes beneficios para combatir la desigualdad y no esperar que te reciban con una pancarta de agradecimiento. Eso sí, si uno de Novela va a Winesburg, Ohio, sí se la plantan, solo por visitarles. El noveldero hace las cosas por la satisfacción de hacerlas, sin esperar nada a cambio; como mucho, un modesto agradecimiento. De lo que no le cabe duda, es de que alguna pega le van a poner, algún defecto o debilidad. Eso sí lo espera, su piel ya está curtida en esos avatares; y, por lo general, lo recibe con resignación, humildad y rezando para que los comentarios no sean muy ácidos.

En fin, lo único que quería contar esta vez, y siento haberme ido por las ramas, es una forma de agradecimiento a Jesús Navarro Alberola por haber ensanchado la dimensión histórica y cultural de nuestro pueblo con la película Sueños de Sal. GRACIAS. Muchas gracias por ayudarnos a levantarnos y creer en nosotros mismos.